Queremos que los chicos no usen el celular: ¿Y nosotros?

Queremos que los chicos no usen el celular: ¿Y nosotros?

Redacción

Diario Río negro

Columna psicopedagógica 

Laura Collavini. Psicopedagoga

lauracollavini@hotmail.com

https://www.rionegro.com.ar/queremos-que-los-chicos-no-usen-el-celular-y-nosotros-1880328/

JULIO 11, 2021 6:48 AM

“No hacen otra cosa que estar con los dispositivos…Celular, compu, play, Xbox…Los pibes de ahora ya no juegan, no les vengas a hablar de salir a jugar ni pelearse en la esquina, nada de eso…”Resuenan esas palabras en las casas, en las reuniones familiares, en los comentarios entre padres. Parece una queja, casi un lamento.

“No sabemos más qué hacer ya para que salga de su habitación. Se la pasa encerrado con el celular”. “Los amigos por el celu, películas, videos, redes, juegos, todo está ahí”.

No me digan que no lo dijeron o escucharon. Es como un mantra, todos repiten lo mismo. Es cierto que todo está en la pantalla.

En un libro escrito por la psicopedagoga Alicia Fernández decía en su portada: “La maestra nos dice gritando que no gritemos”, y se me fijó en mi memoria como un estandarte de la verdad. Nos quejamos de las mismas cosas que hacemos.

Los padres acompañan a sus hijos a la plaza con el celular. Les cuesta mantener atenta la mirada a la subida y bajada del tobogán. La comida se quema por revisar las redes.

“Le tuvimos que comprar un celular porque todos lo tienen, sino queda afuera”.

¿Dónde estamos como padres protagonistas de la educación de nuestros hijos? Sostener que le compramos para que se sientan parte es dejarnos arrastrar por los valores consumistas y decirles que está bien.

Entiendo que en esta era digital tenemos dos opciones: o entramos o quedamos afuera. Considero desde mi lugar y experiencia que es riesgoso y casi peligroso para el desarrollo humano tomar lo digital como única manera de comunicación.



¿A qué me refiero? A que los chicos desarrollan habilidad en los dedos y en construcción digital, pero les cuesta hilar una frase de corrido en forma coherente.

Se la pasan en sus camas cómodas desgastando su vista y les cuesta sostener la mirada y decir cuándo están enamorados porque finalmente les cuesta registrar las mariposas en la panza.

Se sienten mal cuando pierden un juego y no conocen cómo es eso de tramitar las emociones. Se asustan cuando tienen bronca porque son impulsos destructivos que quema en su interior como papa caliente.

Se sienten eufóricos cuando ganan o consiguen muchos seguidores y deprimidos cuando sucede lo contrario.

Se ve claramente dificultades motrices, torpeza, falta de diálogo. Les cuesta encontrar grupos de amigos si no encajan con los del colegio.

Claramente el efecto pandemia profundizó esta situación. Con suerte los chicos que tienen acceso a los dispositivos pueden conectarse a través de las pantallas. Pero esto es otro tema, la tragedia hacia con la niñez y adolescencia que está aconteciendo es de una gravedad increíble.

¿Y con todo esto sólo podemos decir es lo que hay y seguir porque la vida de ahora es así?

No papás, no mamás. Estamos para educar a nuestros hijos, no para ponerles un chupete electrónico y decir después la vida me engañó. Arremánguense, larguen sus propios dispositivos y encárguense de sus hijos. Golpeen las puertas de las habitaciones, llévenlos a caminar, andar en bici. Inventen recetas de cocina. ¡Incomoden a sus hijos señores! ¡No les tengan miedo a las discusiones ni que les digan que son viejos y que no entienden nada! ¡Bánquenselas! Finalmente, si es así … ¿Cuál es el problema?

Si quieren a sus hijos mírenlos a la cara, no les manden un WhatsApp.

Jueguen a las cartas, a esos juegos de antes que hacían contar, restar. De los que sacás experiencia porque te tenés que aguantar el llanto cuando te ganan y la alegría cuando ganás, porque sabés que en la revancha todo puede pasar.

¡Los chicos no saben qué hacer con sus emociones señores! Eso no está bueno porque cuando algo les pasa no pueden tramitarlo porque no están entrenados y sale fácil el golpe, hacia los otros o hacia ellos mismos.

Las emociones se entrenan. Como se hace con los deportes.

Incomoden a sus hijos padres modernos. Sus hijos son sus hijos, no sus amigos. No son esclavos de ellos y sus caprichos. ¡Enfréntenlos al mundo! El intercambio entre su persona, la sociedad y el mundo es la educación. Seres humanos protagonistas. Conectados con cada uno, no sólo con la pantalla.

Invítenlos a jugar a la paleta, a tirar piedras al río, aunque se les rían en la cara. Fuerte y claro gente, el mundo no es para los débiles.

Si quieren a sus hijos tanto como dicen corten las pantallas y ayúdenlos de verdad a crecer. Si están tristes que lo digan, si están contentos también. La desilusión, la frustración, la bronca, el enojo, todo es mejor cuando un padre o madre molesto se ocupa de mirarlo a los ojos y lo lleva a otro ámbito.

Que salgan a caminar con ustedes. Callados o a los gritos. Dejen de poner excusas del frío, el calor, el viento o la lluvia.

Unos meses para los chicos es mucho tiempo, aunque tengan la vida por delante. Están en proceso de formación. No es chiste. Ordenemos prioridades. Por el bien de todos.


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